En respuesta a la creciente especulación sobre una posible modificación de la Ley de Cine en el marco de una reforma fiscal que está preparando el gobierno dominicano, la Asociación Dominicana de Profesionales del Cine (ADOCINE) organizó una reunión crucial en el Paraninfo de Economía Eduardo Michel de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Este encuentro reunió a destacados representantes de la industria cinematográfica, incluyendo productores, exhibidores, cineastas, estudiantes y profesionales del sector, con el propósito de trazar una estrategia unificada para proteger los logros alcanzados en la última década y destacar los impactos positivos que esta ley ha tenido en la República Dominicana.
El presidente de ADOCINE, Hans García, subrayó durante la reunión que “el cine dominicano ha demostrado ser mucho más que una fuente de entretenimiento. Es un motor económico crucial que ha transformado el panorama económico del país, atrayendo inversiones, creando empleo y contribuyendo al crecimiento de múltiples sectores.” García destacó que la Ley 108-10, vigente desde 2010, ha sido el pilar fundamental que ha permitido a la industria cinematográfica dominicana convertirse en un motor económico clave para el desarrollo nacional.
Desde su promulgación, la Ley 108-10 ha revolucionado la industria del cine, atrayendo tanto producciones nacionales como internacionales. Las inversiones millonarias generadas, la creación de empleo y el crecimiento económico en diversos sectores son pruebas irrefutables del impacto positivo de esta ley. No obstante, cualquier alteración a la ley podría tener consecuencias devastadoras para una industria que ha demostrado ser una de las más dinámicas y en expansión del país.
En la reunión se hizo hincapié en la autorregulación del sector cinematográfico. Una propuesta de ADOCINE aprobada por el Consejo Intersectorial para la Promoción de la Actividad Cinematográfica (CIPAC), implementando medidas para limitar el gasto en producciones, estableciendo techos presupuestarios de 75 millones de pesos para películas de ficción y 25 millones para documentales. Esta iniciativa refleja el compromiso del sector con su sostenibilidad a largo plazo y su responsabilidad con el país.
El encuentro también destacó el impacto tangible del cine en la economía nacional, revelando que la industria ha creado más de 25,000 empleos en los últimos dos años, de los cuales el 55% han sido ocupados por mujeres. Estos empleos abarcan una amplia gama de áreas, desde carpintería y sastrería hasta catering y seguridad, subrayando el alcance y la inclusión que ofrece la industria.
“La cantidad de gente que va al cine no define la industria; lo que realmente importa es el impacto económico que una película genera en las comunidades donde se filma,” afirmó García. Cada rodaje activa una cadena de valor que beneficia a múltiples sectores: hoteles, empresas de transporte, catering, imprentas, tiendas de vestuario, seguridad.
En la reunión estuvieron presentes figuras destacadas de la industria cinematográfica, como Nashla Bogaert, José María Cabral, Miguel Céspedes, Frank Perozo, entre otros. La mesa principal estuvo compuesta por Hans García, presidente de ADOCINE; Humberto Castellano, de la Asociación de Productores; Zumaya Cordero, en representación de los Exhibidores; Iván Reynoso, expresidente de ADOCINE; Tanya Valette, en representación de las escuelas de cine; Augusto Feria, de la Asociación Dominicana de Actores (ADAC); y Albert Martínez, en representación de los estudios de cine.
ADOCINE hizo un llamado a la unidad entre todos los sectores de la industria cinematográfica, instando a mantenerse vigilantes y atentos a las próximas informaciones. Se destacó la necesidad de trabajar juntos para proteger la Ley de Cine y asegurar que el sector continúe siendo una fuente vital de empleo, divisas y desarrollo para la República Dominicana.
En conclusión, la Ley 108-10 ha sido fundamental en la transformación del cine dominicano, no solo por los empleos y las inversiones que ha generado, sino también por su impacto cultural, social y económico en el país. La reunión convocada por ADOCINE demostró que la industria está preparada para defender su futuro, consolidando su rol como un sector clave en la economía nacional.
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